¿Te suena? Es la excusa o razón por la que nos tomamos esas patatas fritas, postre, vinito, cerveza, palmera de chocolate, bocadillo… Puede estar asociado a una celebración por haber conseguido algo, o incluso en muchas otras ocasiones, tras un mal día, momento de estrés… como compensación por lo mal que lo hemos pasado.

¿Sabías que cuando estamos estresados nuestras uniones intestinales (tight junctions) se abren? Eso quiere decir que nuestro intestino tiene una mayor capacidad de absorción y permeabilidad, y está preparado para asimilar una mayor cantidad de nutrientes bajo esas condiciones de estrés. Eso también quiere decir que si en esos momentos de estrés lo que entra a nuestro aparato digestivo no es óptimo, también pasará a nuestro interior más fácilmente y será susceptible de producir reacción inmune en nuestro espacio intersticial.

Dale una vuelta a tus premios. ¿Realmente compensan esas patatas fritas? ¿Las necesitas? Existe un circuito dopamina-dolor (prometemos hablar más de ello) que nos invita a tomar esas sustancias tan palatables en estos momentos de estrés. Piensa en el placer de comer saludable y rico, y las consecuencias para tu salud. ¿Te apetece?

Con esto no queremos decir que nunca debas permitirte esos alimentos, pero es verdad que no son saludables. Y si lo hacemos para compensar un mal día o momento, las repercusiones negativas en nuestra salud serán mayores.

Desde Healthy Institute te invitamos a hacer una técnica de aumento del tono vagal: respira hondo, piensa en la recompensa que quieres permitirte, visualízate tomándotela, realiza 4-5 respiraciones profundas, y si al final decides tomarla, que al menos tengas un mayor tono vagal que ayude a que en tu sistema, la repercusión sea menor.