Dopamina, sistema de recompensa y confinamiento
Hoy os dejamos un post de nuestra co-directora, la Dra. Begoña Ruiz Núñez… ¡A DISFRUTAR Y APRENDER!
Un poquito de contexto…
Hoy me he levantado pensando en explicaros cómo funciona la dopamina y el sistema de recompensa, y para ello, qué mejor forma de contextualizarlo que ponerlo dentro de la situación que estamos viviendo actualmente (he visto en redes que en vez de confinamiento lo llaman #confitamiento y me encanta el término, me evoca a un ser rebozado en azúcar ?, además, por supuesto, de, como me dijo el otro día nuestra compi Ainhoa, al delicioso confit).
«La vida es aquello que pasa mientras hacemos otros planes»
Siempre me había parecido una frase de autoayuda simplista, pero creo que hoy en día cobra más sentido que nunca. Algo importante en esta situación atípica que vivimos es mantener el cuerpo y la mente activos, con MOTIVACIÓN. Buscar pequeñas (o grandes, cada uno…) motivaciones en el día. Dividirlo en items, targets, puntos, en pequeño, medio y largo plazo… Seguiremos hablando de esto.
Y aquí entra la hormona responsable, la dopamina.
Pero la dopamina, ¿qué es?
¿Nunca te has preguntado porqué puedes estar horas enfrente del ordenador haciendo algo que te gusta y no tienes hambre, y sin embargo estás tirad@ en el sofá y tienes hambre cada hora? ¿O por qué tus hijos no se acuerdan de pedir comida cuando están jugando o en la playa divirtiéndose, y si están en casa aburridos (palabra clave), piden dulces, chucherías, el bocata…? La respuesta es la dopamina (o su falta, en caso del aburrimiento).
Esa hormona permisiva, es decir, que nos permite el movimiento (mental o físico), se libera en una zona del cerebro que se llama la sustancia negra (que es la que más se afecta en pacientes con Parkinson y hace que todo aquello que hagamos con ella nos cueste menos. Se llama permisiva porque ´permite´ el movimiento, nos da energía para movernos. Por eso podemos estar haciendo algo que nos gusta, durante horas, pero si hacemos algo que no nos gusta, nos cuesta mucha más energía (hablaremos del metabolismo y distribución energética en otro post, I promise).
¿Y puedo estar produciendo dopamina siempre?
Ahí está un poco el quiz de la cuestión. Si algo me motiva es porque me falta algo que quiero conseguir. Es lo que se llama en inglés thrive. ¿Y qué quiero conseguir? ¿Y qué me motiva? Ahí entra nuestra configuración cerebral, que se forma sobre todo en los 2-3 primeros años de vida, hasta los 7 primeros años de vida (pre y post uterina), el estrés percibido en la infancia, situaciones, abrazos, besos… En fin, un montón de cosas que iremos desarrollando poco a poco en el blog, en la parte psicoemocional. El caso es que, y aquí viene el truco; hacer cosas que nos motivan, y conseguirlas (acabar un proyecto, por pequeño que sea) produce serotonina y endorfinas, y eso nos da felicidad, paz, tranquilidad. Es decir, es importante buscar qué nos motiva, conseguirlo, y así produciremos esas sustancias que nos dan felicidad y a la vez son tan placenteras.
Y si no consigo lo que busco… ¿qué pasa?
Pues ahí entra nuestro amigo el sistema límbico, sobre todo una parte que muchos conocen como ´sistema de recompensa´. La dopamina activa la búsqueda. Si encuentro lo que busco, libero endorfinas. Por ejemplo, ¿te has fijado en el placer que experimentas bebiendo agua cuando tienes sed? ¿U orinando cuando tienes muchas muchas ganas y al final puedes ir al baño? Pues eso es un sistema de recompensa satisfecho, con endorfinas que apagan la búsqueda y te dan placer.
Si no… la búsqueda no se apaga, y tu cuerpo sigue buscando sus endorfinas. Porque ya sabe que le dan placer, y las quiere. Así que o bien sigo buscando lo que quería, o bien busco las endorfinas en otras cosas. Y ahí entran las adicciones y/o los pequeños (o grandes) caprichos/placeres. El azúcar (un bollo, pan, helado, chocolate, dulce…), el alcohol o cualquier otra droga, cualquier tipo de comida (esos paseos al frigorífico que se repiten una y otra vez), mirar el móvil compulsivamente (buscando aceptación en redes sociales, o un whatsapp, o simplemente un estímulo nuevo que inicia otra búsqueda…)… y un largo etcétera.
El deporte también produce endorfinas, y es una estupenda opción para relajarse (post-ejercicio, claro. Por eso nos encontramos muy bien, aunque estemos cansados, cuando practicamos ejercicio físico, aunque sea un paseo. El problema es que si no hemos solucionado ´la búsqueda´, ésta vuelve a aparecer, y entonces nosotros volvemos a buscar nuestras endorfinas en el azúcar, alcohol, móvil, deporte, o incluso el sexo, otro productor de endorfinas.
Y el segundo problema es que nuestro receptor cerebral de endorfinas también se acostumbra a ellas, y cada vez nos pide más (más azúcar, más deporte (así pasamos de runner de 5 km a ultrarunner). Para que te hagas una idea, hicieron un estudio con estudiantes de Ciencias de la Actividad Física y el Deporte y descubrieron que era más fácil que se hicieran adictos al deporte, quizás porque en su formación están continuamente practicándolo.
La infancia, ¿afecta al sistema de recompensa?
Es la parte más importante del desarrollo inicial cerebral. Todo puede cambiarse, pero es cierto que costará mucha energía. Ahí entran todos los programas de meditación, mindfulness, y desarrollo personal. Te iremos contando en el blog de psico-emocional y tienes unos vídeos muy interesantes en el canal youtube por nuestro compi Iker Martínez, así como el webinar de sistema inmune que dimos hace poco.
Por ejemplo, para que entendamos procesos cerebrales con un ejemplo emocional: si no hemos tenido algo que buscábamos o necesitábamos de pequeñitos, en diferentes momentos en esos 0-7 años, o incluso de 7 a 14 (es otra ventana de configuración cerebral), podríamos estar en búsqueda constante y nunca estar satisfechos. Y estaríamos buscando recompensas rápidas constantemente: No tiene siempre porqué tener que ver con que nuestros padres no nos hayan cuidado, sino que depende de nuestra percepción y el contexto vivido en esos años (por ejemplo, familiar enfermo, familia numerosa, carencias económicas o incluso en el período de vida intrauterino).
¿Solución? Objetivos a corto, medio y largo plazo
Por tanto, busquemos motivaciones que podamos conseguir rápidamente y otras que sean más lejanas en el tiempo. Así tendremos dopamina (estaremos motivados) pero no habrá des-motivación y será más fácil evitar caer en las adicciones o trampas del día a día. Es importante ponernos pequeños objetivos que nos aporten esa serotonina y endorfinas cada día, aunque tengamos en mente el objetivo final de dentro de meses o años (proyectos personales, empresariales…).
Así que… ¡busca tu motivación cada día!
Te cuento algunas de las mías:
✅ Redecora una parte de la casa (yo he impreso fotos, puesto algunos cuadros…)
✅ Lee ese libro que tenías pendiente
✅ Cocina
✅ Ríe
✅ Vuelve a reír
✅ Aprende una habilidad nueva (hacer el pino, manualidades…)
✅ Muévete, juega, aunque sea una casa pequeña
✅ Abraza y besa a los que tienes cerca, si tienes la suerte de estar en compañía
✅ Sal fuera y pasa tiempo al aire libre, si puedes, o asómate a la ventana varias veces al día
✅ Llama o vídeo-llama a un ser querido
✅ Medita, respira, practica mindfulness
✅ Aprovecha para formarte en aquello para lo que no tenías tiempo
✅ Crea un plan de acción laboral o reinvéntate laboralmente (currículum, PYME…)
Dentro de poco te contaré más cositas sobre el metabolismo y el gasto energético de los diferentes órganos y sistemas de nuestro cuerpo para que termines de entender la película completa.
¡Que tengas un feliz día lleno de dopamina! ?
Si quieres más información, puedes darte una vuelta por nuestro blog de PNIc, donde hay un interesante post sobre el famoso coronavirus, o consultar los diferentes cursos de formación en PNI Clínica que ofrecemos.
beHealthy!
Referencias
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