Ya hemos entrado en la cuarta semana. Y aquí es donde la cosa se pone aún más interesante: mejora de la visión, del estado de la piel (recuerda la de vasos de agua que habrás ahorrado!) y es cuando los estudios dicen que se empieza realmente a recuperar la función hepática (sí, el alcohol es un tóxico, sea aceptado o no socialmente, pero lo es).
El camino metabólico del alcohol es muy similar al de la fructosa (a nivel hepático), y se convierte en grasa. En la cuarta semana de abstinencia se puede llegar a perder un 15% de grasa intrahepática, y por tanto, aparecerán mejoras en niveles de energía, mejor rendimiento, mejor eliminación de otros tóxicos, mejora en la capacidad de lucha contra infecciones, mejora del almacén de vitamina A y D… y un largo etcétera.
Y recuerda que en la suma de calorías, ya vamos por 4.000 o incluso 8.000 ahorradas (sí, lo sabemos, importa el ambiente metabólico y no todo son calorías)!
Y esto son sólo 4 semanas… ¿te imaginas qué más cambios puede haber para tu salud si mantenemos el reto más tiempo?