Cuál es el número de comidas correcto al día… ¿Han de ser más o menos?

¿Es necesario comer muchas veces al día? ¿Mejor pocas veces y más cantidad? ¿Cuál es la mejor manera de quemar la grasa? La doctora Begoña Núñez nos lo explica e insiste en dejar algo muy claro: “Hay que escuchar al cuerpo, eso es lo más importante”.

Vamos a comenzar dejando claro que digerir supone un gasto energético, y también que el hecho de comer produce una inflamación que también demanda energía al cuerpo. Y reparar (tendones, ligamentos, músculos, etcétera) también es un gasto energético, por supuesto. Este gasto energético afecta sobre todo al sistema inmune en todo nuestro intestino, al procesar la comida e interpretar si es buena o mala para el organismo o si es necesario provocar una reacción inmune. Podríamos deducir entonces que lo mejor es comer el menor número de veces posible…, pero ten en cuenta también que hay gente que, por distintas circunstancias (su proceso digestivo, la inflamación del tubo digestivo…), no puede comer mucho de golpe y tiene que hacer pequeñas comidas durante el día para metabolizar todo lo que necesita desde el punto de vista energético.

Metabolismo de las grasas

Otra cosa importante: cuanto más espaciemos las comidas, más fomentaremos el metabolismo de las grasas. Es decir, estamos diseñados para quemar grasa y cuando estamos sin comer, nuestro cuerpo las utiliza como fuente de energía. Sin embargo, cuando comemos muchas veces al día, nuestro metabolismo se hace muy dependiente de la glucosa: agotamos nuestras reservas de glucosa y no somos muy capaces de usar las grasas.

Aún no hemos llegado a una conclusión clara y, encima, hay otra variable. Si tenemos estrés, emocional o físico, nuestro cuerpo se hace muy dependiente de la glucosa (porque obtenemos energía muy rápidamente de ella) y nos pide a gritos alimentos ricos en carbohidratos. En esta situación de demanda glucémica aguantamos de media entre 40 minutos y dos horas sin comer. Esto es, mucho estrés equivale a hacer muchas comidas al día, ricas en carbohidratos.

Tres factores a tener en cuenta

Por tanto, antes de tomar una decisión sobre cuántas comidas hacer al día, hay que tener en cuenta tres factores:

  • Cada vez que comemos, nos inflamamos y, por tanto, no disponemos de tanta energía para regenerarnos.
  • Cada vez que comemos, fomentamos el metabolismo de los carbohidratos y no quemamos grasa (si queremos fomentar el metabolismo de las grasas debemos espaciar nuestras comidas).
  • Tenemos que escuchar a nuestro cuerpo y, si estamos en un momento de nuestra vida con mucho estrés, no será lo mejor saltarnos comidas. Es mejor desayunar, tomar un snack, un aperitivo… Y si estamos en un periodo más relajado, es buen momento para espaciar las comidas y permitir que nuestro cuerpo queme grasa.

Te cuento mi caso

A mí me gusta hacer ayunos intermitentes, que suelen ser de entre 12 y 16 horas sin comer. Me salto el desayuno porque no tengo hambre por la mañana, aunque hay días que tengo más trabajo y sí me apetece desayunar. También, por ejemplo, si salgo a escalar en ayunas, escalamos y luego hago merienda-cena, el día ha sido muy intenso y la cena no ha cubierto las necesidades y por la mañana me levanto con hambre, pues desayuno. Hay que escuchar al cuerpo, eso es lo más importante.

¿Qué pasa si soy una persona que come 5 o 6 veces al día y quiero hacer ayunos intermitentes?

Lo ideal, como todo, es ser gradual y empezar por saltarnos una comida y que cada comida que hagamos sea rica en grasa, proteína y carbohidrato, para incluir todos los macronutrientes que necesita nuestro cuerpo. ¿Que me ha ido bien? Pues sigo ajustando mi metabolismo para ser más dependiente de las grasas y menos de la glucosa hasta que consiga cuatro, tres, dos e incluso que algún día aguante con solo una comida… Si me apetece, claro.

¡Escucha a tu cuerpo!

Puede que nos encontremos a gusto y nos vaya muy bien con el proceso de ayunos intermitentes, pero si hemos tomado la decisión de saltarnos comidas, debemos escuchar a nuestro cuerpo. Insisto: escuchar a nuestro cuerpo. Si tenemos hambre, bajones de energía, si no recuperamos bien, es muy probable que nos falten calorías, o que nos falte energía y por tanto haya que comer. Es fácil caer en un trastorno alimenticio. POR FAVOR: escucha a tu cuerpo, y si tienes hambre, COME.

Conclusión

Podemos decir que menos es más, excepto si tu cuerpo te dice lo contrario.

Referencias

  • Ruiz-Núñez B, Pruimboom L, Dijck-Brouwer DAJ et al. (2013) Lifestyle and nutritional imbalances associated with Western diseases: causes and consequences of chronic systemic low grade inflammation in an evolutionary context. J Nutr Biochem 24(7), 1183-1201.
  • Reaven GM. The insulin resistance syndrome: Definition and dietary approaches to treatment. Annu Rev Nutr. 2005;25:391-406.
  • LI, Li, et al. Acute psychological stress results in the rapid development of insulin resistance. The Journal of endocrinology, 2013, vol. 217, no 2, p. 175.
  • Straub RH. Concepts of evolutionary medicine and energy regulation contribute to the etiology of systemic chronic inflammatory diseases. Brain Behav Immun. 2011 01;25(1):1-5.
  • Straub RH, Cutolo M, Buttgereit F, Pongratz G. Energy regulation and neuroendocrine-immune control in chronic inflammatory diseases. J Intern Med. 2010 06;267(6):543-60.
  • Muskiet FAJ, Kuipers RS. Lessons from shore-based hunter-gatherer diets in east africa. In: Human Brain Evolution. John Wiley & Sons, Inc.; 2010;. p. 77-104.
  • Cordain L, Eaton SB, Sebastian A, Mann N, Lindeberg S, Watkins BA, et al. Origins and evolution of the Western diet: Health implications for the 21st century. Am J Clin Nutr. 2005 02;81(2):341-54.
  • Muskiet FAJ. Evolutionaire geneeskunde. U bent wat u eet, maar u moet weer worden wat u at. Ned Tijdschr Klin Chem Labgeneesk. 2005:163-84.
  • Aiello LC, Wheeler P. The expensive-tissue hypothesis: The brain and the digestive system in human and primate evolution. Curr Anthropol. 1995 Apr.;36(2):pp. 199-221.
  • Leonard WR, Snodgrass JJ, Robertson ML. Effects of brain evolution on human nutrition and metabolism. Annu Rev Nutr. 2007;27:311-27.
  • Cunnane SC, Crawford MA. Survival of the fattest: Fat babies were the key to evolution of the large human brain. Comp Biochem Physiol, Part A Mol Integr Physiol. 2003 09;136(1):17-26.
  • Fontana L, Klein S, Holloszy JO. Effects of long-term calorie restriction and endurance exercise on glucose tolerance, insulin action, and adipokine production. Age (Dordr). 2010 03;32(1):97-9108.
  • Peters A. The selfish brain: Competition for energy resources. Am J Hum Biol. 2011;23(1):29-34.
  • Roth G, Dicke U. Evolution of the brain and intelligence. Trends Cogn Sci (Regul Ed ). 2005 05;9(5):250-7.
  • Dinuzzo M, Mangia S, Maraviglia B, Giove F. The role of astrocytic glycogen in supporting the energetics of neuronal activity. Neurochem Res. 2012.
  • Colagiuri S, Brand Miller J. The ‘carnivore connection’. Evolutionary aspects of insulin resistance. Eur J Clin Nutr. 2002 Mar;56 Suppl 1:S30-5.
  • Cahill GF. Fuel metabolism in starvation. Annu Rev Nutr. 2006;26:1-22.
  • Calder PC, Dimitriadis G, Newsholme P. Glucose metabolism in lymphoid and inflammatory cells and tissues. Curr Opin Clin Nutr Metab Care. 2007 07;10(4):531-40.
  • Gluckman P, Hanson M, Morton SMB, Pinal C. Life-long echoes. A critical analysis of the developmental origins of adult disease model. Biol Neonate. 2005;87(2):127-39.
  • Lumbers ER, Yu ZY, Gibson KJ. The selfish brain and the Barker hypothesis. Clin Exp Pharmacol Physiol. 2001 11;28(11):942-7.
  • de Luca C, Olefsky JM. Inflammation and insulin resistance. FEBS Lett. 2008 1/9;582(1):97-105.
  • Hotamisligil GS. Inflammation and metabolic disorders. Nature. 2006 Dec 14;444(7121):860-7.
  • Hotamisligil GS, Erbay E. Nutrient sensing and inflammation in metabolic diseases. Nat Rev Immunol. 2008 Dec;8(12):923-34.

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies ACEPTAR

Aviso de cookies