Esta es la continuación a la entrada sobre el dolor (¿Qué es el dolor?) en la que vamos a describirte uno de los componentes de esta experiencia, que ya comentábamos que es estresante y que conlleva una alteración de la homeostasis.
¿A qué se refiere este componente sensitivo-discriminativo?
Todo dolor podemos localizarlo y definirlo. Pongamos el ejemplo de un martillazo en el dedo pulgar de la mano derecha. Sabemos e identificamos claramente:
Que seamos capaces de percibir, de experimentar este componente (y cualquier otro) del dolor se realiza gracias a las vías aferentes del dolor. Desde que se produce el estímulo doloroso, existen unas vías aferentes (aferente quiere decir que lleva la información desde la periferia (el cuerpo) hasta el sistema nervioso central, que serían médula y cerebro) que transportan esta información por los nervios sensitivos hasta el cuerno posterior de la médula espinal. Ahí, en la médula, la información cruza al otro lado (el martillazo de la mano derecha viaja hacia el cerebro por el lado izquierdo de la médula) y llega, entre otras zonas, al córtex o corteza sensitiva, en el cerebro, a la zona que corresponde al pulgar (piel, músculos, articulación… en los que el estímulo haya llegado a ser nociceptivo, eso quiere decir, que haya llegado al umbral de producir dolor).
¡Y ahí tenemos la percepción de este componente sensitivo!
Quedan dos más, ¿te animas a descubrirlos con nosotros?
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