Has tenido un día duro laboral o personalmente y te diriges al gym a desconectar. 

Sin embargo, parece que las mancuernas pesan más, los pesos de las máquinas están cambiados o la clase de spinning va más rápido de lo que puedes procesar. 

Y es que no somos maquinitas y no tenemos separados el cuerpo y la mente. El estrés que hemos sufrido a nivel mental o emocional y las hormonas que se producen, tienen un efecto sistémico y afectan también a nuestro aparato locomotor. Y más aún, a nuestra percepción de esfuerzo y capacidad de sufrimiento, disminuyendo ambas.

Así que si esto te sucede, entiende que es un proceso normal y que nuestro cuerpo está avisando de que la carga que lleva ya es suficiente. Es un proceso normal y de protección para evitar sobrecargar el sistema.

Eso no quiere decir que no tengas que entrenar o practicar tu deporte favorito, pero ¡ojo a la exigencias y a forzar demasiado la máquina!

Lo importante es identificarlo, disfrutar del proceso, ajustar la carga y… BeHealthy!