¿De dónde viene la depresión?
Hace unas semanas, nuestro codirector Iker Martínez te hacía una primera aproximación sobre la definición de depresión (para leerlo pincha aquí). En este artículo, sigue explorando dicha patología, centrándose ahora en su origen y causas. ¡No te lo pierdas!
Origen de la depresión
Los cambios afectivos que sufre una persona con depresión son la punta de un iceberg que profundiza en diferentes sistemas neuro-inmuno-endocrino-fisiológicos que culminan fundamentalmente en una gran alteración de la esfera afectiva.
A efectos de ir desgranando poco a poco los diferentes factores que pueden contribuir a la aparición de la depresión, realizaremos una primera división desde una perspectiva funcional entre depresión endógena y exógena.
Depresión exógena
Una pregunta habitual cuando hablamos de la depresión es qué ha sucedido en la vida de la persona por lo cual han aparecido los síntomas. Cuando hay una respuesta clara y encontramos una relación causa-efecto entre un evento externo y la aparición de la sintomatología, podemos concluir que este evento externo ha exigido una serie de adaptaciones en la persona, y como consecuencia de ese proceso han surgido los síntomas depresivos.
Así, si la respuesta a esta pregunta es afirmativa, es decir, identificamos un hecho con la suficiente relevancia para la persona desde el cual han aparecido los síntomas, estaremos ante una depresión exógena.
Las causas más importantes de este tipo de depresión son la muerte de un familiar o un ser querido, enfermedades graves de algún ser querido, problemas económicos, desempleo o ruptura de pareja. En este caso, una parte importantísima de la solución estaría en dotar a la persona de herramientas para lograr una adaptación cognitiva, emocional y conductual ante el evento.
Depresión endógena
Aun así, no siempre existe una correspondencia cronológica entre la aparición de los síntomas depresivos y la vivencia de un evento de riesgo. Podría ocurrir que la vida de la persona sea lineal, sin sobresaltos relevantes en el área psico-socio-emocional y que la sintomatología vaya apareciendo bien de un modo progresivo o incluso abrupto.
En este caso hablaríamos de una depresión endógena, es decir, se han producido cambios dentro del organismo que por diferentes vías (más adelante veremos cuáles son) terminan modificando el equilibrio de neurofisiológico en el cerebro hasta producir la sintomatología depresiva.
Ya en 1930 Cruchton-Miller y Boyle hablaban de la posibilidad de que agentes químicos, factores hormonales o desequilibrios metabólicos fueran el origen de síntomas depresivos. Quizá una situación donde evidenciarlo es el hipotiroidismo, en el que el 50% de los pacientes sufren síntomas depresivos.
Sería muy razonable pensar que ante una situación de este tipo, el abordaje terapéutico diferirá de base de la situación anterior teniendo que plantearnos un marco de análisis e intervención de las diferentes variantes endógenas.
Por tanto, tenemos una primera pregunta que contestar ante la aparición de la depresión: ¿Endógena o exógena? Con un abordaje terapéutico diferenciado en función de la respuesta que obtengamos.
En el próximo artículo hablaremos de otro aspecto de la depresión: “Depresión, genética vs epigenética”.
Si quieres más información, puedes darte una vuelta por nuestro blog de PNIc o consultar los diferentes cursos de formación en PNI Clínica que ofrecemos.
#behealthy!
Referencias:
1-Aaron T. Beck, Brad A. Alford. Depression: Causes and Treatment
2-(https://www.universidadviu.es/5-sintomas-la-depresion-exogena/)
3-Martínez-Mendoza, Jesús Alfonso; Martínez-Ordaz, Verónica Araceli; Esquivel-Molina, Carlos Gerardo; Velasco-Rodríguez, Víctor Manuel. Prevalencia de depresión y factores de riesgo en el adulto mayor hospitalizado. Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, vol. 45, núm. 1, 2007, pp. 21-28